Recorrido de dos semanas por la costa oeste de EEUU. Recomendado alquilar un coche para hacer esta ruta.
Nuestros alojamientos fueron los siguientes:
- Nuestro hotel en San Francisco: Encore Express
- Nuestro hotel en Yosemite: Little Bear
- Nuestro hotel en Las Vegas: Stratosphere Hotel & Casino
- Nuestro hotel en Monument Valley: Goulding’s Lodge
- Nuestro hotel en el Gran Cañón: Grand Canyon Inn
- Nuestro hotel en Hollywood: Motel 6 Hollywood
La verdad es que en dos semanas da tiempo a hacer una ruta por la costa oeste y algunos parques nacionales de Estados Unidos, pero mucho mejor hubiera sido tener una semana más e ir más tranquilo y ver más cosas. Hay muchísimos lugares que visitar y mucha distancia entre ellos, por lo que es inevitable elegir y descartar cosas. Con dos semanas se va un poco justo para todo lo que hemos hecho —sin ningún día libre por si pasara algún imprevisto— pero si todo va sobre lo estimado, la ruta que hemos hecho es totalmente viable y a mi gusto recomendable (al igual que modificable). Así que allá voy día por día.
Día 1: Llegada a San Francisco.
Poco que contar. Todo el día metidos en aviones haciendo escala en Nueva York y
llegando a San Francisco. Desde el aeropuerto vamos hasta nuestro hotel a descansar.
Día 2: San Francisco
Nuestro primer día en la ciudad fue un día de contacto con ella. Levantándonos temprano acudimos andando desde nuestro hotel situado en el centro de la ciudad hasta Alamo Square. Una pateada buena de las muchas que haríamos por la ciudad y que vino bien para entender un poco las distancias de la misma, grande pero accesible. Allí pudimos observar una de las clásicas vistas de esta ciudad con las antiguas casas coloniales y al fondo los modernos rascacielos.
Esa mañana dio tiempo todavía para volver al centro y pasear tranquilamente por el que es el barrio chino más antiguo de Norteamérica y el más grande fuera de Asia, y durante nuestro paseo, pudimos comprobar además que lo de las cuestas de San Francisco no son “moco de pavo”.
Ya puestos a andar, desde el barrio chino y pasando por la famosa calle Lombard (la serpenteante), nos acercamos hasta el llamado muelle de los pescadores donde los restaurantes, comercios, vendedores ambulantes y artistas varios se entremezclan entre todos los turistas dando muchísima vida a una de las zonas más animadas que vimos de la ciudad.
El día lo acabamos tranquilamente paseando entre rascacielos y asomándonos de nuevo al mar a los pies del Puente de la Bahía, el otro puente menos famoso de San Francisco pero no por ello desmerece visitarlo.
Día 3: San Francisco
El segundo día no se nos ocurrió otra cosa que andar, andar y andar… y así llegamos hasta los pies de la colina Twin Peaks. Un lugar desde donde disfrutar de unas vistas impresionantes y observar la inmensidad de San Francisco.
De allí nos fuimos hasta el parque Golden Gate y después al pequeño bosque donde se ubica el Presidio Real de San Francisco.
Día 4: San Francisco
Este era nuestro último día en la ciudad y desde por la mañana ya teníamos planeado todo lo que íbamos a hacer. A media mañana teníamos reservada la visita a la famosa cárcel de Alcatraz, ahora declarada la isla donde se ubica Parque Nacional y que para mí es una visita indispensable. Recorrer los alrededores de “La Roca” y pasar por todos sus rincones escuchando las historias que proporciona la audioguía es toda una experiencia.
Por la tarde también lo teníamos claro. Había que recoger el coche de alquiler y meternos en nuestro primer atasco del viaje… como no, atravesando el archifamoso puente colgante Golden Gate para llegar hasta tres de los miradores desde donde se obtienen las mejores instantáneas de dicho puente.
Día 5: Yosemite
Por la mañana temprano abandonamos San Francisco y en poco más de 3 horas llegamos hasta el corazón del valle de Yosemite. Impresionante lugar para los amantes del senderismo y de la naturaleza pero que en tan sólo un día lo único que da tiempo es a recorrer los puntos más importantes sin alejarte mucho del propio valle como pueden ser Glaciar Point o las vistas desde Tunnel View. También recorrimos andando el pequeño tramo habilitado que te acerca hasta una de las cascadas de Yosemite.
Día 6: Día en carretera y Valle de la Muerte
Este día era el primero de los tres que íbamos a tener en el viaje de pasarlo todo el día conduciendo. Teníamos que llegar desde Yosemite a Las Vegas pasando a través del Valle de la Muerte, que son unos 750 kilómetros, o lo que es lo mismo… todo el día metidos en el coche. Pero el trayecto nos gustó mucho. Mucha gente me dijo que ir al Valle de la Muerte no merecía mucho la pena, y como para gustos colores, a nosotros nos encantó. Es un lugar surrealista, sobre todo si lo visitas tras haber dejado atrás pocas horas antes un paisaje como el de Yosemite. Del vergel a la tierra más árida en apenas unas horas de coche.
Días 7, 8 y 9: Las Vegas
Anocheciendo llegamos hasta Las Vegas. Ese lugar singular que te encuentras en medio del desierto tras horas y horas de coche sin ver alrededor tuya nada más que pequeños poblados y kilométricas rectas inventadas en el desierto.
Día 10: Día en carretera hacia Monument Valley
Sin preocupaciones de tiempo, pudimos visitar tranquilamente algunas zonas cercanas a la ciudad de Page como el mirador de Wahweap Overlook donde se observan una vistas impresionantes del Lago Powell o el bonito meandro Horseshoe Bend del río Colorado.
Anocheciendo llegamos hasta las inmediaciones de Monument Valley donde nos quedamos maravillados con el paisaje que vimos. Fue un dulce caramelo en la boca que degustamos por completo a la mañana siguiente.
Día 11: Monument Valley y Gran Cañón del Colorado
Monument Valley queda muy retirado de una ruta por la costa oeste de Estados Unidos. Es cierto. Pero era un lugar que no quería perderme y por eso hicimos el esfuerzo de llegar aquí tras un día entero de coche y no nos arrepentimos para nada. Desde la terraza de nuestro alojamiento nos despertamos con un amanecer inolvidable, con el cielo enrojecido y los pequeños “monumentos” del valle recortando el cielo con su característica silueta.
Fue el preámbulo de lo que nos encontraríamos dentro de la reserva y que disfrutamos en total soledad ya que fuimos de los primeros en entrar y prácticamente no había nadie.
Alrededor de un par de horas tardamos en hacer el recorrido con el coche, por lo que a media mañana pusimos rumbo al Gran Cañón del Colorado donde tendríamos casi toda la tarde para recorrer numerosos miradores de la carretera 64 que llega hasta en centro de visitantes del Gran Cañón en su lado sur.
Día 12: Gran Cañón
Habíamos reservado dos noches en un hotel cercano al Gran Cañón por lo que este día lo pasamos también por esta zona. Quizás sea mucho tiempo para dedicar al Gran Cañón, y de hecho lo es. Aprovechamos la mañana para pasear tranquilamente por el llamado Rim Trail que es un camino bien asfaltado que recorre el borde del Cañón, y por la tarde ya no sabíamos que más hacer… La verdad que las vistas del Gran Cañón son espectaculares, pero desde cualquier mirador acabas viendo siempre lo mismo y por eso estar aquí día y medio sin hacer ninguna actividad extra como montar en helicóptero o alguna ruta de senderismo (cosa que desestimamos al ir con Vera) se hace excesivo.
Día 13: Día en carretera por la ruta 66
Digamos que este día tuvo dos caras. La de por la mañana y la de por la tarde/noche. Por la mañana, personalmente me encantó. Dedicamos buena parte de ella a recorrer la clásica ruta 66 por su recorrido original y parando en algunos de los pueblos que recuerdan con nostalgia la mítica ruta hoy convertida en atracción turística.
Pero por la tarde hasta por la noche que llegamos a Los Ángeles, salvo algún pequeño tramo del desierto de Mojave con paisajes lunares que me gustaron, el viaje se nos hizo de lo más pesado y largo, sobre todo cuando nos acercamos a las inmediaciones de Los Ángeles y tardamos más de dos horas en llegar a nuestro hotel. Atascos, atascos y más atascos. Un suplicio después de todo el día conduciendo y que fue un “toque de atención” a lo que nos encontraríamos en esta ciudad los dos siguientes días.
Día 14: Hollywood y Beverlly Hills
Aprovechando que nos habíamos alojado en Hollywood, la primera mañana la dedicamos para andar por Hollywood Boulevard y su famoso paseo de la fama y descubrir como nos habían dicho que el glamour de esta calle deja mucho que desear. Pero particularmente me gustó tal como es. Al fin y al cabo este barrio siempre ha sido un barrio de extrarradio no con muy buena fama… y no por muchos Oscar y estrellitas que pongan en la acera va a cambiar su aspecto de arriba a abajo, pero sí que se ve muy animado y por supuesto lleno de turistas.
El día cambió a peor cuando por la tarde cogimos el coche. Las distancias aquí son tan grandes que se hace imposible desplazarte sin él, y por consiguiente, el tráfico es caótico. Condujimos hasta Beverlly Hills y nos dedicamos a dar vueltas con el coche sin entender muy bien que narices estábamos haciendo allí. Es como si por obligación estuviéramos yendo a un lugar por el simple hecho de ser famoso y al que todo el mundo acude, pero que en realidad no hay nada que ver. Tras conducir por todas partes nos dimos cuenta de ello y decidimos salir de allí sin entretenernos mucho más y dirigirnos hasta el observatorio Griffith cuya fama, este sí, se la tiene bien merecida.
Día 15: Santa Mónica y Venice Beach
Era nuestra última mañana del viaje. A las seis de la tarde cogeríamos el avión de vuelta y la mañana la aprovechamos para pasear por las famosas playas de Los Ángeles. Desde el muelle de Santa Mónica donde dejamos el coche, fuimos andando por el paseo que hay junto a la playa hasta Venice Beach disfrutando del ambiente que había aquel sábado. La verdad que con lo poco que nos estaba gustando Los Ángeles, este paseo por sus playas fue un final esperanzador, aunque dudo que si volvemos a esta ciudad le dediquemos más días de los que hemos estado ahora.
Fuente: .Mi patria son mis zapatos
