Alemania tiene una población de 82 millones de personas, más del doble de Argentina, en una pequeña superficie territorial de 357.021 km2, 7,75% de Argentina cuya superficie es de 2.766.889 km2.
Hace años los alemanes inventaron un medio de transporte que hoy subsiste, por supuesto que al día en términos de adelantos tecnológicos aplicables.
Este tren (en realidad un tranvía por su escaso recorrido de 13.3 Km) está en la ciudad alemana de Wuppertal, Westfalia del Norte, al sur de la cuenca del Rhur y cerca de la frontera con Francia (356.000 habitantes).
La ciudad, en su momento
un floreciente centro industrial mayor que la vecina Colonia,
tiene ahora sólo un
atractivo turístico que atrae a muchas personas.
Es el tren colgante (aunque en alemán es el tren flotante - Schwebebahn). Mientras que muchas otras ciudades prefirieron los sistemas de tranvías de superficie o subterráneos, Wuppertal decidió usar la idea de Eugen Langen, quien durante los años de 1880/90 diseñó un ferrocarril funicular colgante en Dresden.
El diseñador falleció en 1895 y no vio su nueva obra concluída, ya que se inauguró en 1901, ampliándosela en 1903 creando el recorrido que aún se usa hoy.
La mayoría del recorrido discurre sobre el curso del Wupper, un río menor que atraviesa la ciudad. El tramo sobre tierra (3 Km) cuelga sobre las calles.
Los pilones de soporte son diferentes que los del tramo sobre el río. Los trenes viajan a 8 metros sobre las calles y a 10-12 metros sobre el agua. Las estaciones son muy interesantes por sus estilos arquitectónicos.
Los trenes has estado operando continuamente por más de un siglo y son muy seguros, habiéndose producido un solo accidente fatal - en 1999 - y debido a un error humano (una pieza metálica quedó olvidada entre los rieles después de tareas de mantenimiento; un tren cayó al agua y hubo cinco víctimas).